Abrió lentamente las páginas de su libro personal, aquel en el que relataba parte de sus vivencias; las buenas y las malas cosas que la vida le va presentando en su camino; es que Andrea se refugiaba muchas veces en este espacio de hojas blancas que sabía ir coloreando con el azul de su birome.
Ese día una lágrima traviesa recorría su rostro mientras escribía; el hombre de sus sueños, aquel que tanto había amado se fue lejos de su Patria buscando un mejor futuro y ella se quedó con el último adiós a los pies del Avión y la promesa de un mañana juntos.
¡¡¡Adios Amor!!!
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