Se sonreían mucho cuando estaban en algún evento o caminando por la calle, cuando charlaban entre sí, cuando compartían momento con otros amigos.
Casi en simultáneo Julia empezó a sentir lo mismo, cada vez le gustaba más pasar tiempo con Roberto, conocer de sus cosas, sus proyectos sus aspiraciones, verlo sonreír, darle un abrazo cuando se reencontraban por la calle.
Aunque los dos actualmente estaban en pareja, sus noviazgos parecían no tener gran futuro; el problema que el amor naciente entre ambos era tan frágil como los pétalos de una rosa que ante el primer viento ocasionado por la realidad que ambos vivían podían volar esos pétalos por el aire y terminar siendo un solo sueño que jamás podrían hacer realidad.
Porque para construir algo sólido que funcione donde el amor sea el disparador de todas nuestras iniciativas hay que comenzar de nuevo, despidiendo a quien no aporta cosas positivas a nuestra vida y con quien solo solemos permanecer por rutina, sin amar, ni ser amados...
No retengas a una persona si no la amas; porque el amor no es posesivo, el amor verdadero es luz, paz interior y la lógica pasión que hace de esa relación algo indispensable para ser feliz
Néstor Salgado